Es ampliamente conocido que la alimentación tiene un impacto significativo en diversos aspectos de nuestra salud. Cuando se trata de parejas con problemas de fertilidad que se someten a tratamientos de reproducción asistida, parece que este factor puede desempeñar un papel crucial en el desarrollo del embarazo.
Esta es la conclusión principal de un reciente estudio publicado en la revista JAMA Network Open. Los investigadores involucrados en el estudio observaron que el riesgo de aborto disminuyó entre un 13 y un 15% en mujeres que siguieron más de cerca las pautas dietéticas de la Asociación Americana del Corazón (AHA) antes de la concepción.
La dieta promovida por la AHA se centra en el consumo de frutas, verduras, granos integrales, pescado, mariscos, nueces y legumbres, al tiempo que limita la ingesta de bebidas azucaradas, sodio, carne procesada y grasas saturadas.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores del grupo de investigación Alimentación, Nutrición, Desarrollo y Salud Mental (ANUT-DSM) de la Universitat Rovira i Virgili analizaron a 612 mujeres de entre 18 y 45 años sometidas a tratamientos de fertilidad como la inyección intrauterina (IUI) y la fertilización in vitro (FIV). Las pacientes completaron más de 1,500 ciclos, 804 de IUI y 768 de FIV.
El problema de la infertilidad está en aumento a nivel mundial, afectando aproximadamente al 15% de las parejas que intentan concebir y este aumento se atribuye a factores ambientales como el estrés, la obesidad, el tabaquismo y la dieta, más que a causas genéticas u otros factores no modificables.
El estudio también resaltó la importancia del consumo de omega-3 en la dieta, especialmente a través de alimentos como pescado azul y mariscos, en la mejora de las posibilidades de embarazo. Sin embargo, la dieta vegetariana, que excluye estos alimentos ricos en omega-3, no mostró el mismo beneficio que otras dietas equilibradas y saludables en términos cardíacos. Esto incluye la dieta mediterránea y otras similares mencionadas en el artículo.